JULIO CÉSAR FORCAT

Crisis de la modernidad y de la subcultura tecnológica

Marechal y Azcuy : Analogías y continuidad

Las vidas y las obras de Leopoldo Marechal y de Eduardo Azcuy fueron vidas y obras paralelas que merecerían un estudio comparativo detallado que señale las analogías que existen entre ambos autores y trace la línea de continuidad que, partiendo de Marechal, se refleja, se desarrolla y asume nuevas facetas en la obra de Azcuy. Marechal y Azcuy fueron autores de elevada integridad y clarividencia, no fueron anulados por las tendencias uniformadoras contemporáneas y se destacaron con colores intensos contra el horizonte gris de la modernidad; ambos poseen sin duda una bien fundada autoridad para opinar sobre la crisis de la modernidad. En el presente trabajo estudiaremos principalmente dos obras de estos escritores : El Poema de Robot, de Marechal, (Washington 1963) y  Juicio ético a la revolución tecnológica, de Azcuy (Buenos Aires 1994)

Trataremos de establecer las afinidades existentes entre estas dos obras y de reconocer al mismo tiempo la secuencia que, partiendo del Poema de Robot, renace en los ensayos reunidos en el libro de Azcuy.

Son varias las razones que justifican la composición de este estudio. En primer lugar, porque se requiere un trabajo permanente de actualización del pensamiento de Leopoldo Marechal para las nuevas generaciones, que tengan en cuenta las evoluciones históricas más recientes. En segundo lugar, porque hace falta reconocer quiénes son los escritores que, sin perder su originalidad y su valor independiente, continúan por diversos caminos la obra que inició Marechal para la superación de la crisis de la modernidad. El ensayo fundamental de Juicio ético a la revolución tecnológica, titulado La revolución científico-tecnológica, publicado por primera vez en Buenos Aires en 1987, tiene su antecedente y su raíz más profunda en la visión poética, especialmente en la visión poética de Marechal. Es revelador que el ensayo central del libro de  Azcuy tenga como epígrafe fragmentos de dos estrofas del Poema de Robot:

Pienso en mi alma: el hombre que construye a Robot
necesita ser primero un Robot él mismo,
vale decir podarse y desvestirse
de todo su misterio primordial

Por lo cual, en presencia de Robot,
y  cuando el pedagogo ya iniciaba el discurso,
yo le arrojé a la boca
mi puñado de arena.

En los primeros versos, Marechal advierte (y nos advierte) que Robot es un reflejo de la mente humana, una creación mental humana y que, por lo tanto, el conflicto del ser humano con la máquina sólo podrá resolverse mediante el desarrollo espiritual y el autoconocimiento, único camino que tiene el hombre robotizado para recuperar la esencia de la vida humana. En la siguiente serie de versos, el poeta, después de meditar largamente en el desierto, ejecuta la sentencia que implica la negación y la destrucción de Robot sin permitirle hablar, porque ya sabe que el discurso de Robot no es auténtico y que, por consiguiente, no promueve la comunicación; porque sabe que el discurso de Robot es mera palabrería racionalista, una dialéctica infernal tendiente a promover y medir el vacío (estrofa 25), un simulacro de la palabra verdadera, del mantra del Verbo, mediante el cual se comunican todas las consciencias.

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El poeta que destruye a Robot rechaza los aspectos infernales de la ciencia y de la técnica modernas sin por eso desconocer el lustre de metales alquímicos (estrofa 26) que reside en potencia en la materia prima de los laboratorios, sin por eso olvidar que, el que destruye a Robot vuelve a mirar el rostro perdido de la ciencia (estrofa 3), de una ciencia sagrada de origen espiritual, una ciencia que comprende que no es bueno descender a la materia / sin agarrar primero los tobillos del ángel (estrofa 8).

La reforma de la ciencia moderna es la base de la superación de la crisis de la modernidad. Esta es la razón por la cual Marechal dedica varias de sus obras a criticar la subcultura tecnológica. Entre estas obras sobresalen; El Poema de Robot, El Poema de la Física y el ensayo Manual del astronauta, si bien la crítica de la modernidad y de la revolución tecnológica está implícita en todas las obras de Marechal.

Es posible reconocer tres etapas en el desarrollo del Poema de Robot. En la primera, el poeta reconoce con claridad la esencia de Robot, el objeto de la negación. En la segunda, el poeta descubre sus ilimitadas posibilidades espirituales. En la tercera, el poeta, restaurado en su dimensión espiritual, medita la muerte de Robot, un gesto ritual (estrofa 26) y un acto de justicia (estrofa 24) necesarios para restablecer el equilibrio perdido en el planeta y en el universo. Después de la destrucción de Robot el aeda declara cuál había sido su intención:

Y si escribí el Poema de Robot
no fue tras un reclamo de la literatura
sino con la pasión de alertar a los hombres
que pueblan el infierno de Robot
y en la materia crasa de sus laboratorios
han sospechado un lustre de metales alquímicos.
Gloria al Señor, paz del Señor. Amén.
(estrofa 26)

En estos últimos versos del poema, el poeta indica que la superación de la crisis de la modernidad sólo es posible mediante la reforma de la ciencia moderna, mediante el despertar de una nueva Alquimia.

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En el ensayo de Azcuy es posible reconocer etapas similares a las que hemos descubierto en el Poema de Robot. En primer término, Azcuy describe la situación reinante en la era tecnológica desarrollando los siguientes temas : Los alcances de la crisis, La idolatría del progreso, Cambio tecnológico y totalitarismo, De la consciencia objetiva a la consciencia artificial. En segundo término, el pensador presenta y actualiza para nuestra época la visión poética del mundo, a la cual considera fundamento de todas las culturas del mundo. Esta visión poética del mundo es un lenguaje simbólico ligado indisolublemente a la experiencia  mística, espiritual (pag. 51-52). La visión poética de Azcuy y la figura de Amarylis, que representa a la poesía espiritual en el Poema de Robot, se corresponden. En una tercera etapa, Azcuy, basándose en la visión poética del mundo que explica en la sección titulada Visión poética y concepción científica (pag 49), prepara la destrucción de los aspectos infernales de la tecnología y de la ciencia modernas en las secciones tituladas Ciencia abierta y reduccionismo científico, Física y poesía: de la ciencia a la Gnosis, Lo científico y lo moral  y Tecnologías para la muerte y pronuncia como corolario el juicio ético a la modernización tecnológica, que contiene una propuesta para la superación de la crisis de la modernidad mediante la reforma de la ciencia moderna, el progreso político, la consciencia cultural, el desarrollo interior y la búsqueda del Hombre Nuevo (p. 65). Esta propuesta incluye la esperanza de que Latinoamérica pueda desempeñar un rol fundamental en el proceso de superación de la crisis de la modernidad (sección titulada Reorientar el proceso de cambio: la actualización creativa).

La idea de la necesidad de un juicio ético a la revolución tecnológica ya aparece formulada sintéticamente en las estrofas 11 y 24 del Poema de Robot:

Más tarde, cuando al fin hube reído
sobre la ya desecha cabeza de Robot,
entendí una verdad cuya justicia
me pareció un elogio de todas las balanzas.
A medida que pierde o niega el hombre
sus instrumentos de intelección,
se recata y mezquina la natura
en su fresco esplendor inteligible.
Si negaras al ángel su posibilidad,
te ha de esconder el ángel su pluma voladora.
 De tal modo la rosa que miraba David
no es la rosa que mira la Botánica.
Y eso no está en la ciencia de Robot,
sino en la epifanía de su muerte.
(estrofa 11)

Pero ya meditaba la muerte de Robot,
según un plan cruel en su justicia.
Entonces, de camino,
recogí en el erial
un puñado de arena
(estrofa 24)

En los dos primeros versos de la estrofa 11 se actualiza la celebración de la muerte de Robot, anticipando así la conclusión del poema y enfatizando el carácter judicial del desarrollo poético. En los versos siguientes, la palabra justicia está relacionada con balanzas.  Balanza significa aquí el juicio correcto y equilibrado que permite al poeta comprender que el poder de Robot es una consecuencia del obscurecimiento de su propio intelecto y la negación de las posibilidades superiores del ser. En los versos arriba citados de la estrofa 24 se afirma que la sentencia que ordena la muerte de Robot es el resultado de la meditación. El acto de justicia con que concluye el Poema de Robot no es el resultado de la aplicación de un código penal, sino que surge de la meditación sobre la esencia última de la realidad.

¿Qué significado tiene la palabra juicio en las obras de Marechal y Azcuy que estamos examinando? En un sentido general, juicio es el resultado del acto de juzgar, que consiste en afirmar o negar algo de algo (Aristóteles:Perí hermeneías, parágrafo 5)  Un juicio puede ser afirmativo o negativo, favorable o desfavorable. Es evidente que el juicio que emiten Marechal y Azcuy sobre la modernización tecnológica es negativo. Es un juicio con connotaciones tecnológicas, un juicio divino o final cuyo resultado es la negación o la condena de los aspectos infernales, destructivos o demoníacos de la tecnología y de la ciencia, y la afirmación o salvación de los valores éticos y espirituales.

Azcuy justifica el juicio ético a la modernización tecnológica alegando que la tecnología no es éticamente neutra, que no es puro instrumento, sino que lleva en sí algo del fin, a manera de prefiguración o predeterminación, que aumenta en la medida de la especialización del medio (p. 63). La técnica privilegia los principios de eficiencia y eficacia y causa así la alienación del ser humano, que se reduce a ser operador de fenómenos mensurables y situaciones previsibles (p. 64). Este desarrollo está determinado por la convicción de la excelencia de la novedad tecnológica, la seguridad de que por esa vía-la modernización incesante- se avanza decididamente al estado óptimo (p.64) Algo similar había afirmado Marechal al referirse a la ética implícita en la producción de máquinas:

La ética del hombre-robot es la de funcionar bien, como una máquina (El banquete de Severo Arcángelo, Buenos Aires 1980, p.254)

El Gran Macaco ha de imponer a sus robots una moral al revés, pero tiránica al extremo, así como él mismo es un mesías al revés.

-¿Una ética?- le pregunté yo desconcertado.

– Una ética de robots, naturalmente- me respondió Jonás-¿Cuál es la ética de una máquina ? La de funcionar bien. (ibidem)

Azcuy, por su parte, comprueba la absoluta incapacidad de los pseudo valores de eficiencia, competencia y lucro para fundar un destino propiamente humano (p.64).

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Después de echar de la escena histórica al capitalismo y al comunismo, el Gran Mono construirá el paraíso mecánico de Robot,  (p. 282). vaticinó Marechal en El banquete de Severo Arcángelo Marechal denomina mono al Anticristo por tener éste, como el mono, una extraordinaria movilidad y capacidad de imitar. El Anticristo imita a Cristo para usurpar su lugar (Alfred Jeremias: Der Antichrist in Geschichte und Gegenwart, (Leipzig 1930). En Latinoamérica ya se está construyendo el paraíso mecánico de Robot, y esto causa la pérdida de la identidad cultural, impide el acceso a lo universal y amenaza convertir a los pueblos latinoamericanos en conglomerados abstractos de consumidores satisfechos (Azcuy, p. 67). Azcuy indica además que en el mundo actual el consumismo predomina  no sólo en las élites, sino también en los conglomerados populares (p. 17).

La esencia demoníaca de Robot

En las estrofas 1,4, 16 y 17 del Poema de Robot, Marechal reconoce la esencia del ser que será negado en las estrofas siguientes:

Robot es un imbécil atorado de fichas,
Hijo de un padre zurdo y una madre sin rosas.
(Estrofa 1)

… Pero Robot, mirado en sus cabales,
era un hijo brutal de la memoria
y un archivista loco respondiendo a botones
o teclas numerados por la triste cordura.
(estrofa 4)

 En adelante se me fue aclarando
La diabólica esencia de Robot :
oculto tras las hojas de parra de la industria
era la imitación de un demonio perfecto.
(estrofa 16)

…En el fondo, tal era la traza de Robot :
era el “no ser” disimulado
con mil astucias de ingeniero…

En Tecnologías para la muerte, parte del ensayo central del libro de Azcuy, se reconoce también la esencia demoníaca de Robot, vale decir su tendencia a promover la destrucción y la muerte:

… La lógica del laboratorio y la lógica militar van unidas, en cierta medida, al rechazo de lo que se presenta como singular, diferente, personal, de todo lo que se revele como no-identificado o heteróclito.

De ahí la afinidad metodológica entre ciencia y guerra. (p. 61)

 Robot preside la educación del hombre moderno

En las estrofas 3, 7 y 23 del Poema de Robot se revela que la educación del ser humano moderno ha sido confiada a Robot:

A Robot entregaron mi puericia,
y en esa hora sollozó un arcángel
y se rió un demonio.
(estrofa 7)

Un día mis tutores, fieles a la Dialéctica,
me confiaron al arte de Robot.
Mis tutores murieron: eran santos idiotas,
Yo he regado sus tumbas con yoduro de sodio.
(
estrofa 3)

También Azcuy afirma que la educación del ser humano contemporáneo ha sido confiada a Robot y constata que la subcultura tecnológica trata actualmente de reemplazar a la auténtica cultura:

Las nuevas”luces” provienen de la cultura informática y avanzan hacia la pura racionalidad de software para 1990. Se acentuará entonces una tendencia irreprimible hacia las carreras técnicas, en detrimento de las humanidades. La ingeniería electrónica, las ciencias del ordenador, la informática educativa y las ciencias afines, desplazarán a la filosofía, la literatura, la antropología, los estudios clásicos. Se entrará en el cono de sombra de la máquina, en la pasividad, la despolitización, la pérdida de la vida comunitaria. La revolución del micro-ordenador- más allá de sus aportes positivos- apunta al extrañamiento del hombre frente a su medio y al control de su destino por una élite tecnológica. (p.22).

El dominio de Robot, el tiránico pedagogo moderno, se ejerce a través de los medios masivos de comunicación:

La sumisión de la mente al circuito electrónico se torna más y más incompatible con el ejercicio de una consciencia libre, con la reflexión y la lectura. El mensaje electrónico reduce las defensas psicológicas, atenta contra el verdadero conocimiento, ofende la noción de “cultivo” y pauperiza progresivamente la interioridad (sobre El etnocidio electrónico, p. 30) .

Tessler, uno de los personajes centrales de Adán Buenosayres, manifiesta que el progreso material de la civilización tecnológica se ha hecho a costa de la regresión espiritual más formidable que vieran los siglos (Buenos Aires-Barcelona 1981, cap. II, pág. 147). Robot ha mutilado espiritualmente a los seres que han caído bajo su dominio infernal, explica el poeta en el Poema de Robot :

 Después volví a la usina de Robot
y a sus mutilaciones estudiadas.
(estrofa 15)

Hasta que me ganó la inquietud amorosa
de regresar al orbe de Robot
y al planisferio de sus mutilados,
con el solo designio de llevar a la usina
mi lección y experiencia de la Gracia.

La educación del ser humano actual está determinada de un modo  opresivo por la ideología del progreso material. La idolatría del progreso ha reemplazado a la auténtica enseñanza espiritual y la Edad mítica del progreso implacable (Azcuy, p. 41) se establece con autoridad indiscutible en el planeta.

Robot causa la destrucción de la naturaleza

El desarrollo incontrolado de la tecnología no sólo destruye la identidad cultural, los valores espirituales y el equilibrio  biológico y psíquico del ser humano, sino que causa también la destrucción de la naturaleza primordial(que es suplantada por la tecnonaturaleza), y la extinción de innumerables especies animales y vegetales.

No sólo en los centros metropolitanos del poder tecnocrático, sino también en las sociedades periféricas, por ejemplo en Latinoamérica, se considera a la naturaleza como simple medio, como material usable y desechable y a los paisajes como mera base para letreros de propaganda (H.C.F. Mansilla: El progreso como posibilidad de regresión e irracionalismo, en Eco, revista de la Cultura de Occidente, Nº 183, Bogotá 1977, p. 48.

El poeta del Poema de Robot ya había intuido la peligrosidad de Robot, su colosal capacidad de destrucción y la amenaza que representa para el equilibrio de la naturaleza:

Solícito a la urgencia de mi alma,
Robot hizo marchar su fonógrafo interno,
y oí la sinfonía que habitaba su tórax:
era un largo ulular de corrientes magnéticas
a través de cien filtros y cien tubos de Geissler.
Y al escucharle, vi que partía el estío
y cerraban sus labios todas las azucenas.
(estrofa 10)

Para fundamentar el juicio ético a la modernización tecnológica, Azcuy presenta los siguientes antecedentes basándose en un trabajo del teólogo Sergio Silva :  La técnica moderna en la crisis cultural de nuestro tiempo, Revista Universitaria XIV, Santiago de Chile, 1985.

  1. La tecnología moderna –en gran medida- agrede a la naturaleza y al hombre. Provoca disturbios ecológicos, contribuye al vaciamiento espiritual y favorece la despersonalización y la abolición paulatina de los particularismos y las especifidades. En el ámbito del trabajo, la burótica y la robótica promueven el desempleo estructural y aumentan el nivel de marginalidad y el desamparo.
  2. Desde el punto de vista del control y el dominio político, la tecnología confiere al hombre sin sabiduría inmensos poderes. De los ojos captores a los rayos de partículas, crece el peligro de los estados opresivos y el peligro de la destrucción del planeta.
  3. El complejo científico-tecnológico, sin valores ni límites, proyectado hacia la expansión indefinida, se instala en un terreno autonómico, verdadera variante del naturalismo ético, alienación de la ética en cuanto convierte en principio de la voluntad del hombre una ley venida de la exterioridad.

Los principales factores causantes de la crisis actual son, según Azcuy, los siguientes:

  1. Degradación del hecho cultural al suplantar sistemáticamente al ser vivo por el objeto mecánico.
  2. Imposición progresiva de una pseudocultura “computacional” unitaria y niveladora.
  3. Absoluta incapacidad de los pseudovalores de eficiencia, competencia y lucro  para fundar un destino propiamente humano.
  4. Alienación del hombre de su ámbito geocultural por una densa red de artefactos (tecnonaturaleza).
  5. Acentuación en plazos relativamente previsibles de tendencias autoritarias y totalitarias a partir del dominio  que ciertas minorías ejercen sobre las tecnologías superavanzadas.

Para superar la crisis de la era tecnológica Azcuy propone para Latinoamérica un modelo alternativo que, sin duda, tiene validez también para todo el planeta:

Si el progreso y la modernización que se nos pretende imponer es el producto de una sociedad mercantil competitiva, basada en el lucro, la explotación de los pueblos débiles y el saqueo de la naturaleza, América Latina debería reorientar la marcha de los cambios colocando las categorías y los métodos al servicio de un proyecto político capaz de transformar las relaciones entre los hombres y de los hombres con la naturaleza. Es preciso elaborar un modelo propio alterando el sistema axiológico de la sociedad tecnocrática.

Según Marechal, los físicos de hoy nunca encontrarán el principio inmediato del mundo corporal (corpus), porque no reconocen sus antecedentes, que son el mundo de la manifestación psíquica (anima) y la Causa Primera (spiritus). La mutilación de la esencia ternaria (spiritus-anima-corpus) del macrocosmos que realizó la ciencia contemporánea, corresponde paralelamente a una mutilación del ser humano, operada también en sus dimensiones psíquicas y espirituales (Manual del Astronauta), Buenos Aires 1966).

Se requiere la creación de una nueva Alquimia que sea capaz de reparar las mutilaciones que ha sufrido el ser humano, para que surja un ala nueva en el muñón de un ala ( Poema de Robot, estrofa 23)   

 

 

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El caballo criollo “que fue como un asta  /   para la bandera que anduvo sobre él” no debe ir al matadero.

En violación de la ley N° 14.346 de protección al animal, se proyecta construir un matadero y frigorífico de caballos en Batán, Mar del Plata. Según paso a explicar, la realización de este proyecto significaría un atentado contra la identidad cultural argentina. El caballo, como animal y como símbolo, está ligado indisolublemente a la historia argentina y a la vida del país, sobre todo en la zona rural. El gaucho, una de las figuras que mejor expresan nuestra idiosincrasia, sería inimaginable sin el caballo. La Independencia argentina no habría sido posible sin el apoyo del caballo como animal de tiro y de transporte. No es verdad que San Martín haya cruzado la Cordillera de los Andes para liberar a Chile y a Perú. Fueron en realidad los caballos los que cruzaron los Andes transportando a San Martín y a su ejército. Sin la ayuda insustituible de los caballos no habríamos alcanzado la Independencia. La construcción de un matadero de caballos en Mar del Plata equivaldría a destruir una parte esencial  del ser nacional. Permitir que funcione ahora un matadero de caballos en el país produciría una invisible conmoción anímica en los ciudadanos de la República y causaría una profunda caída de nuestra dignidad nacional. Esa conmoción y esa caída serían silenciosas pero terribles y tendrían una influencia muy negativa en todas las esferas de la sociedad y de la cultura.

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Dijo Gandhi : “La cultura de un pueblo se mide por la manera como trata a los animales”. Convertir en animal de consumo a un animal ligado a nuestras antiguas costumbres de vida en el campo, significa traspasar un límite que está bien arraigado en la conciencia nacional. Pero los límites tienen su razón de ser, no se establecen en vano. Al cruzar la frontera que prohíbe comer carne de caballo, se fija un precedente cuyas consecuencias son incalculables y extremadamente peligrosas.

El canibalismo no ha desaparecido y perdura aún en algunas regiones del planeta. Al ignorar normas consuetudinarias que prohíben que un animal de tiro y de transporte se convierta en animal de consumo, el límite que nos separa de la antropofagia se volvería frágil. Lo que se pretende hacer en Mar del Plata reviste una extremada gravedad. Recordemos los compasivos  versos de Belisario Roldán dedicados al caballo criollo y no permitamos que el caballo sea víctima del atroz sufrimiento que le depara el matadero.

Poema de Belisario Roldán:
¡Caballito criollo del galope corto,
del aliento largo y el instinto fiel!
¡Caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él !
¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!
¡Se alzará algún día, caballito criollo,
sobre una eminencia un overo en pie,
y estará tallada su figura en bronce,
caballito criollo que pasó y se fue!

(Destaco que para impedir el funcionamiento del matadero de caballos se presentó un Amparo ante el Juez Federal de Mar del Plata. Redactó el Amparo la abogada Dra. Susana Bolano, de La Plata. Expreso una vez más mi agradecimiento a Susana Bolano por su inestimable colaboración.)

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El poema del robot de Leopoldo Marechal
Camino de superación de la crisis de la era tecnológica

El paraíso mecánico de Robot y el reino del Anticristo

Robot es un ser casi al borde de la nada, un aspecto del Anticristo, se declara reveladoramente en “El banquete de Severo Arcángelo” (pág.248 de la octava edición). En la estrofa 17 del poema el autor define a Robot en los siguientes términos:

“Era el no ser disimulado
con mil astucias de ingeniero” .

Robot es un simulacro de la cultura humana.

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La ética del hombre-robot consiste en funcionar bien, como una máquina (“El  banquete…,p.254) Después de arrojar de la escena histórica al capitalismo y al comunismo (“a Creso y a Marx”, dice en “El banquete…, p.252), el Gran Mono (así denomina Marechal al Anticristo) construirá el paraíso mecánico de Robot, vaticinó Marechal :

“No habrá Colofón que no tenga su departamento de lujo, su automóvil, su refrigeradora eléctrica y su televisor” (en: “El banquete…p.252)

El hombre de la era informática en Europa y en EEUU ya vive instalado en el paraíso mecánico de Robot. También las masas latinoamericanas, sugestionadas por la propaganda de los medios masivos de comunicación, aspiran a obtener la fácil e ilusoria felicidad que promete Robot.

“El Poema de Robot” no sólo plantea un conjunto de problemas, sino que suministra los elementos  para superar la crisis de la era tecnológica. La enseñanza fundamental  que contiene “El Poema de Robot” es que para vencer a Robot debemos primero restaurar nuestra dimensión espiritual.

Un demonio, Robot, preside la educación del hombre moderno

En la estrofa 19 del “Poema de Robot” dice el aeda:
“A Robot entregaron mi puericia,
y en esa hora sollozó un arcángel
y se rió un demonio”.

Para librarse de la dictadura de Robot el poeta restaura su dimensión espiritual. Se retira cuarenta días al desierto y recupera el estado edénico mediante el proceso iniciático. Con la arena del desierto, es decir con la ascesis que realiza en el desierto, logra vencer a Robot:
“Digo que al enfrentarme con Robot  yo había calculado los dos riesgos que siguen: uno, el de las preguntas contenciosas que irían al fichero de su caja interior y otro el de su dialéctica infernal, tendiente a promover y medir el vacío.
Por lo cual en presencia de Robot, y cuando el pedagogo ya iniciaba el discurso, yo le arrojé a la boca mi puñado de arena.
Se oyó en los mecanismos internos de Robot un estallar de alambre y válvulas heridas: trastabilló un instante sobre sus pies tozudos y al fin se desplomó con fragores de lata”.
La destrucción de Robot es un acto ritual (estrofa 26) mediante el cual el aeda transmuta sus metales anímicos y alcanza la elevación espiritual.

Destaco por último que Marechal no escribió este poema para alcanzar la gloria e ingresar a la Historia de la Literatura. Su intención era otra: Marechal quería liberar al hombre moderno que vive encadenado en el infierno de Robot.

 

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